—No voy a ser el
reservorio de esta sociedad maldita y miserable que te obliga a comer mierda,
todos los días. Bienaventurados los pobres de espíritu, que duermen pesadillas
por lo que robaron, avasallaron, asesinaron. Bienvenidos al infierno que los
espera sin brazos para quemarlos con brasas eternas.
—¿Por qué me
decís todo eso? ¿Pasa algo?
—Ahora que me
preguntás, no, no pasa nada. Todos muy bien alineados, para que pase algo. Nos
estamos quedando sin agua, sin luz, sin animales, ni luna, ni sol, ni
estrellas, ni árboles. Sin lágrimas ni carcajadas. El presente se fue al carajo
y el futuro no quiere saber nada. El Bien y el Mal contrajeron matrimonio y
serán felices para nunca.
—No entiendo,
disculpá ¿Andás mal del mate? Tanto disparate parece demencial.
—Tenés razón,
divago más que un vago en pedo. Deben ser las pastillas.
—Bueno, me quedo
más tranquilo. No camines tan rápido, esperame. Loco ¡Cuidado!, ¡¡Ahí temina la
terraza!! No vas decir que no te avi…¿Lo habrá pensado bien? Que se maneje…

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