miércoles, 13 de mayo de 2020

LARGARON


   —Dieron el permiso para caminar, alrededor del Dique, el que vos decís que es un pantano. Si anunciaron que podés dar la vuelta de un charco, yo me voy con vos.
   —¡Sí! Vamos, estoy repodrida de estar adentro, aunque no responda al protocolo vamos igual. Pero quiero que salgas con barbijo, el protector de celuloide y te ponés algún pegamento alrededor del barbijo, el buzo que te tape hasta la boca y listo.
   —Mami, no quiero caminar con ese armatoste y el cierre del buzo, que lastima mi cuellito.
   —Salimos porque te has portado muy bien durante la última semana.
   —Siempre me porto bien y aunque soy un niño tan lindo, me encerraste en esta casa chiquita, con barbijo puesto hasta para dormir. Y además cuando Papi llegaba, yo no sé lo que hacían los dos encerrados en el dormitorio. Pensando que ya me había dormido.
   —Bueno, no estaba enterada, si no, le decía a tu Papi, que lo dejáramos para otro día.
   —Siempre le decís lo mismo y Papi se lo banca, porque siempre le decís: “no”, antes de la cuarentena también.
   —Son temas de adultos, cuando te cases lo vas a entender.
   —Mami, nunca me casaré y menos con una mujer tan negativa como vos. Si vamos a pasear quiero ir con mi disfraz de Súperman. Decí que sí, por fa. No sabía que era tan largo este camino, pero mirá Mami!, ahí está el pantano. Me voy a tirar tipo bomba, Súperman es tan poderoso como yo.
   —Te mojaste con agua contaminada, vamos a casa, hay que secarte y desinfectarte. Subite en mi espalda y te llevo a caballito.
   Pobre Mami, no sabe que ella es una yegua, no un caballo. Papá le dice “yegua”, cuando se enoja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario