domingo, 3 de mayo de 2020

PROTOCOLO INJUSTO


   —Hoy no tengo ganas de ir, Raquel, me quiero quedar aquí en tierra. Siempre en ese barco, para diez turistas, ahora quedan vos y Antonio. No entiendo cómo a los turistas los dejaron bajar y a ustedes no. A mí no me dejan llegar al barco, que está anclado ahí nomás. Son una punta de días, aunque sea verte de lejos. Bueno, tenemos internet, casi nunca tiene señal. Sí, sí, sí, fui a pedir el protocolo para que vos vengas a tierra y yo te espero, o al revés, me voy al barco. ¿Podés creer que estos gallegos de mierda, negaron la posibilidad?, mi querida Raquel, no sabés cómo te quiero, te amo, te admiro, te necesito, te extraño y todos los “te” que se te ocurran.
   —Hace 40 minutos que estás hablando vos, dejá que te cuente, Antonio tiene claustrofobia, se tomó todo el alcohol que encontró. Lo tuve que arrastrar a mi litera, no logré subirlo a la suya.
   —Raquel, se cortó la imagen, pero no el sonido.
   —¿Sabés lo que pasa, amor?, el barquito se mueve mucho, hay un oleaje importante que nos rodea…
   —Decile a ese Antonio, bueno para nada, que haga lo que sea para solucionar este inconveniente. Ahora escucho tu voz agitada.
   —El barco se mueve, me puse en la misma litera donde está Antonio y también se mueve, se recuperó del pedo que tenía y ahora está encima de mí y no deja de moverse, yo también me muevo, lo acompaño. Antonio es un vivillo, aprovechó para besarme las tetas y ahora se le ha dado por atarme las piernas separadas. Nos movemos al mismo tiempo. Perdoname, amor, pero siempre hay un momento en la vida, que hay que saber perdonar. Per do ná. ¡Ay!, me, pero Antonio folla de putas, yo hago de cuenta que él, él esh, guau! Tiene tu cara, no es él, sos vos. No te preocupes, se comporta igualito que vos en estas circunstancias tan, aah, ay, sí, sí. Hay diferencias de tamaño, pero no te pongas mal, es más grande que el tuyo, seis o siete centímetros más, le calculo.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario