sábado, 23 de mayo de 2020

UNA GRANDE QUE NO LE IMPORTA



   Quintina siempre fue vanguardia. Fueron malas las críticas de su primer concierto, la abucharon, le tiraron tomates, huevos y cualquier verdura. Se presentó a un segundo concierto. Ejecutó música de Chopin, Beethoven, Mozart y fue aplaudida de pie, saludó cinco veces.
   —¿Viste cómo les gusta la música clásica a estos burgueses de mierda?
   —El público es como vos decís, pero la música clásica agoniza, estos conciertos son escuchados por grupos reducidos, sólo en espacios enormes como el Colón. Y después venís vos, con tu música nueva que te abre la cabeza, mucha mérde, yo te miro entre bastidores.
   Se acercaba al piano como a un desconocido. Abría con música clásica, parecía colgar de una tecla para cederle el espacio a una sola.  Extendía sus brazos a las cuerdas interiores, parecía querer cortar todas y mientras dejaba que corrieran, golpeaba la tapa del piano creando sonidos que inquietaban. Solía tocar de espaldas al teclado. Los acordes más difíciles de los clásicos, de pie. Se desmayaba sobre las teclas con el cuerpo tocando negras y blancas. Lograba tonos medievales y terminales rockeras.
   Dio uso a todo lo que implicaba un piano. Abandonaba y hacía un saludo principesco. El público esperaba en un silencio asombrado. Rompieron con un aplauso cerrado, que pareció eterno. Le arrojaban rosas, claveles y ramos. Justo los que le daban alergia. No se quedaba a escuchar elogios individuales. Yo la esperaba con la puerta abierta del auto.    
—¿Quedaste contenta con este triunfo?
   Quintina seguía tocando el piano sin piano, en el tablero del auto.
   —No. Quiero más, necesito crecer para domar mi instrumento y tirárselo a la gente como ellos me tiran flores, que sé que no merezco todavía. Vayamos a un tugurio de amigos, tomamos unas copas y ellos tienen el piano libre, porque voy todas las noches y toco lo que me pidan. Cuando se llena me premian con dinero.
   —¿Y eso no te complace?
   —El dinero no me interesa, yo no toco por dinero, toco porque amo la música. Cuando llega y cuando se va. Siempre vuelve, sabe que la espero.

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