martes, 16 de agosto de 2022

LAS LLAVES

 

   Quedé conmigo que me encuentro a las cinco de la tarde. Me reconocí enseguida, era yo indudablemente. El auto que me compré es un Maxi Cooper, lo necesitaba para mandados y vacaciones.

   ─Si querés te canto la justa.

   ─Dale, decime.

   ─Lo hiciste a pedido de mi Mujer.

   ─¡No! De la mía.

   Yo soy un tipo generoso, hasta le daba mis llaves. Un día se fue con auto y todo a visitar a su amante. Se quedó dos semanas y volvió sin el auto.

   ─Me lo robaron, ¿querés que nos separemos?

   ─Sí, prefiero vivir solo, me hace feliz vivir conmigo. Cuando me levanto no me puedo bañar, porque los platos sucios de la cocina los meto adentro de la bañadera, corro la cortina para sentir que está todo limpio.

   Una vez por semana viene una Señora que limpia todo. Yo desaparezco en su jornada de betún, esparadajos y lavandina. Me sirvió para reencontrarme de nuevo yo solo y decirme la cruda verdad. “Soy un fracasado.” Culpa de mis viejos que desconocían la palabra fracasar.

   Me lavaron el cerebro y el cerebelo también. Había que tener una carrera, una Novia, que después será la Madre de mis hijos. Esas consignas me permitieron vivir solo. Yo solo conmigo y nos llevamos fenómeno.  

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