sábado, 6 de agosto de 2022

LET IT BE

 

   —No te pongas los dedos en la nariz, usá pañuelo, como dice Mamá. ¿Sabés hacer pancitos?

   Es un agente encubierto del asco, me mostró su colección de pancitos en el retrato de nuestro Padrastro. Tenía razón, se lo merecía, le pegaba a nuestra Madre, era un tipo de tomar vino hasta el fondo. Ella lo arreglaba con maquillaje y lentes oscuros. A nosotros nos daba con todo. La Señorita preguntó si nos peleábamos seguido. Mi hermano, que es un poeta le decía que el chico más grande de la manzana, nos robaba la pelota y así nos ganábamos los golpes.

   Para mi hermano, la pelota era más hermosa que la luna, la defendía como a una novia. La Señorita nos mandó al Gabinete y vinieron nuestros Padres. Se hacían los sorprendidos:

   —Nosotros concurrimos a Terapia de Pareja, pero no hablamos de los chicos, creo que ni siquiera sabe de sus existencias.

   A los Padres se los acusó de abandono de personas, agresiones reiteradas y negación de la Potestad. Los chicos, en la duración de los litigios crecieron, uno tenía quince años y el hermano dieciocho. Les otorgaron una casa con una Acompañante Terapéutica, que los dejaba ser y eran felices. De noche se turnaban para entrar a su habitación, ella les enseñó todo lo necesario para hacer feliz a una mujer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario