—A Ud la conozco
de algún lado.
Vulgar, vulgar,
este tipo es vulgar. Yo lo desconozco y su treta es común. Ud me conoce, yo no,
pero le digo que sí, ando escasa de compañía. Le veo cara de fracaso, es un
buen atributo, si fuera un triunfador no empezaría por “A Ud la conozco de
algún lado”.
Haría de cuenta
que no existo y terminaría por preocuparle que alguien tan insignificante, lo
mirase con desprecio. No sé los demás, pero a mí los triunfadores me parecen
engreídos y generosos con lo que les sobra. ¿Me entendió? O esa cara de idiota
será una de sus caretas.
—¿Ud me habla a
mí?
Le tengo que
decir, soy honesta, eso subyugó a mi novio cuando después de decirle “te
quiero”, continué con “pero me dan tanto asco tus besos y el resto”. Y ahí me
dijo: “Te perdono porque sos honesta”.
—¡No! ¿Ud que
piensa?, si piensa. Yo no hablo con desconocidos.
Pobre…se achicó
su cuerpo veinte centímetros de tristeza, no lo soporté:
—Mire, lo que
podemos hacer es caminar por las vías, ahora, un, dos, tres y saltamos juntos.
Tiene su dificultad caminar en la vía, pero los solitarios somos equilibristas.
Se lo hice
saber:
—Creo que entre
nosotros hay buena vibra.
Caminamos contentos al mismo ritmo. Pero escuché el
tren. El tipo ni cuenta se dio, le grité:
—¡¡¡Yo doblo
acá!!!
No sé qué hizo.
Estoy segura que
tropezó una mina y le dijo:
—Yo a Ud la
conozco de algún lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario