—Mami, basta de decir ¡callate! Todo el tiempo. Mis amiguitos en vez de llamarme con mi nombre, pasé a ser: ¡Callate! Las otras mamis pensaban que que me llamaba cállate y vos cuando papi habla le decís cállate, haceme el favor, es tu marido, cómo le vas a decir así.
—Sabes lo que pasa niño lindo y bueno, cuando
le doy de comer y no le gusta, pregunta: “¿Qué es esta mirloca? Si sabés que es
la comida que más odio, ¡qué boluda que sos!”
—Mami,
no lo dice con maldad, te elogia, pensá que sos una mujer con muchas bolas.
—¿Viste cuando mandó a hacer otro
dormitorio? Es porque no me puede ni ver, con decirte que cierra con llave. Yo
le golpeo la puerta y él me abre.
—¿Vos pretendés que yo te haga eso que vos
sabés…?
—¿Qué quiere decir “eso que vos sabés”?
—Va a ser simple para mí y complicado para
vos. Igual te lo explico. El mundo no tendría personas si no hacemos eso que vos
sabés.
—Sí, lo que yo sé es que papi y vos me harán
un hermanito. Mami, sería un acto de perversión. Papi siempre dice que estamos
sin un mango, apenas alcanza para mí…
—Es correcto lo que decís, el bebé tendría
que usar la ropa que vayas dejando y no me digas nada más.
—Mis compañeritos dicen que si papi no te
introduce nada adentro, el bebé no va a existir. Tiene sus razones, le dejaste
de gustar hace mucho tiempo. Para eso que vos sabés tiene sus secretarias.
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