domingo, 30 de junio de 2024

ENSAYO

    Hacían una construcción y se escuchaban martillazos,  excavadoras, paredes que se derrumbaban sobre sí mismas. Lo peor fue cuando aplastaron un subterráneo, quedó poca gente viva y algunos sobrevivientes en pleno estado de confusión.

   Nosotros estábamos ensayando “El violinista sobre el tejado”. Amábamos a Chejov, era una sala underground de actores jóvenes y un Director viejo, culto y paciente.

   Cuando ocurrieron las primeras rajaduras, hubo actores que faltaban a los ensayos y no se encontraban remplazos. Los más fanáticos se ocuparon de buscar, fue en vano, se había corrido la voz y nadie aceptaba.

   En el tercer ensayo había tanto polvo por la repercusión del maldito edificio. Pero ellos permanecieron ahí. Hicieron carpas entre bambalinas, pero nadie hablaba, se abrazaban, temblaban y vibraban mientras el director sabio decía que peor sería una guerra y hablaba por experiencia.  

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