sábado, 31 de agosto de 2024

LAS RUINAS DE SAN IGNACIO

    Partieron para descubrir dónde estaba aquel diamante. En su camino la pura selva y ladrillos perdidos que les rompían los pies cada vez que tropezaban. Decidieron vendarse con la vestimenta que traían, siguieron caminando, alguien dijo que se apresuraran.

   Llegaron a destino con precipitación, era la única forma de conseguir el diamante. Encontraron la casa a medio caer, estaba allí en la noche. Una mano de seda de mujer virgen o india puta.

   Pensaron la segunda opción. Ella estaba preparada para todos, les advirtió que de a uno era la cosa.

   Ellos cumplieron más de virgen que de puta. Les dijo que debían pagarle con un diamante. Debieron decirle: la señora virgen, que la joya que tanto ambiciona cuelga de su cuello. Le advirtieron que tuvieran cuidado en cualquier árbol con ramas bajas: usted misma sin darse cuenta quedará ahorcada… Y así fue, pero gritaba, no terminaba de morirse.

   La degollaron y cayó el diamante cubierto de sangre. Nadie quiso tocarlo. Hicieron una tumba para la india puta y al diamante lo apoyaron sobre el corazón de virgen. Se escucharon latidos bajo tierra, salió una mano de seda y les regaló el diamante prístino. El gesto fue acompañado por una voz que les decía que todavía dudaba si era mejor ser puta que virgen.  

viernes, 30 de agosto de 2024

HEAVY

    Cenicienta era soberbia, calculadora, envidiosa y la ambición le cabía en las tetas, que eran enormes, haciendo composé con el culo.

   Tenía dos hermanas, Dolores y Melancolía, humildes, generosas, capaces de trabajar a cambio de nada. Cenicienta sentía vergüenza de sus hermanas andrajosas, descalzas, fregonas e incultas. Cuando alguien le preguntaba si era hija única:

   —Sí, única, otra como yo no hay, lamento que haya dos esperpentos repartiendo en el Condado, que son mis hermanas.

   Estaba pronosticado en The Weather Channel, una fiesta en el Castillo del Príncipe Idiota, como todos sabían que era Príncipe, callaban lo de Idiota. Todos querían asistir, pero nadie tenía un gomán, recurrieron a la página de Mercado Libre y compraron ropa que, oh casualidad, fue vendida por el Príncipe Idiota. Cada viaje que hacía, cambiaba su guardarropa.

   Cenicienta adquirió, en una Feria Gitana, un vestido con tules plásticos, color arcoíris, superpuestos y tajos que le iban del tobillo a la cintura. Los zapatos eran de policarbonato piecero.

   Los rumores de que el Príncipe Idiota era puto, se expandieron a Condados vecinos. La Madre le exigió:

   —Hijo, esta marca, será indeleble, si no contraés matrimonio con una hermosa mujer.

   Los custodios recorrieron casa por casa y la encontraron:

   —Estará rebuena, el problema es el nombre, lo cambiaré por Celesner y el apellido: Mil Villas. ¿Y cómo la reconoceré?

   —Cuando ella entre, las tetas se le incrustarán en su jabot y quedarán abrochados para bailar toda la noche. A las veinticuatro horas, estará el Rolls Royce que le alquiló el Ministro de Relaciones Incultas, para devolverla a su casa.

    Ella le mordía la oreja, él le comía el cuello. Los separaron dos Obispos. El Príncipe la corrió por la escalinata, parece que a Cenicienta se le quedó enganchado el calzón en un zapato, fue un engorro que solucionó, dejando el zapato, forrado en su calzón.

   Al día siguiente, el Príncipe la llamó  desde  su celular palaciego, le propuso que tomara un taxi y fuera al Castillo a tomar un éxtasis cada uno, jugar a las escondidas, luego, que actúe la pastillita. No es necesario describirlo, cualquiera imagina.

   Cuando Cenicienta regresó llena de polvos, las hermanas la esperaban con dos hachas, para que aprenda.

jueves, 29 de agosto de 2024

UNA CASA DE REGALO

   Cuatro años ahorrando para pagar los viajes a Grecia, una amiga fallecida sin ningún pariente les dejó una casa vieja y fuerte que miraba hacia Creta. Los deseos de la señora los dejó por escrito. Las únicas herederas del lugar eran Iris, Sole, Cris y Renata.

   Fue un dolor muy grande para las cuatro amigas. Los pasajes les llegaron de regalo ida sola. En un llamado telefónico la señora pedía que la visitaran.

   Pero en aquel momento ninguna disponía de dinero para semejante viaje, fue una espantosa coincidencia, mientras ellas estaban en el avión, murió la señora.

   Les escribió una carta donde les pedía: “…¡Salgan de ese país! El nuevo presidente, Milady o Milei, no sé cómo se escribe, hay gente sin trabajo, hubo siempre pero ahora la desocupación es una multitud.”

   El tipo tiene los pelos parados, ojos impíos y lo escuché y no lo pude creer: “Al que no le guste, que se vaya a la mierda.” Está loco el tipo, más loco que el bizco y la perra. Además tienen que comprender que una dictadura tras otra y luego otra más, no es vida…

   ─Tiene razón lo que dice la carta, si nosotras mismas cuando hacemos la compras del día, y vamos a pagar, yo digo “en cualquier momento nos vamos a la mierda”. Qué carajo nos están haciendo. Mierda, como dijo la cucaracha. No sé si él nos dio la idea, pero fue buena la idea de irse a la mierda y no volver nunca más.

   ─Dijo esta diatriba sanitizante. Renata, la más astuta, inteligente, linda generosa y puta.

   Nosotras la seguimos a Renata, es nuestra líder. Nos bañamos en una playa sin gente. Nadamos como campeonas de natación que somos todas. Almorzamos ostras, caviar, mayonesa, jabón (también se come porque limpia el organismo) Tomamos vinos estacionadísimos, desayunamos con champagne y nos vamos a dormir con porro de excelencia con el tipo que más nos guste. Todos los días uno distinto, para no acostumbrarse.

   No fue Renata sola, todas nos hicimos putas cuando empezamos a cobrar. La señora nos dejó cuatro pensiones mensuales, nunca usamos ese dinero. Nos alcanzaba con el precio de nuestros cuerpos.

   Igual que Milady, que es puto y se hizo millonario. Le pagan muy bien. Dicen… 

miércoles, 28 de agosto de 2024

SOBRINO

    Le dio pena que las vacas durmieran afuera, pensó usar el trianón como refugio, pero no. Eran muchas, formaban pilas hasta la cúpula y los vidrios se empañaban. Ahora que estaba solo, las hizo dormir en la casona. Aposentos sobraban, sanitarios, cocinas, escaleritas y escalinatas. Aquella noche durmió con un ternero guacho, hasta una bolsa de agua caliente le apoyó en el lomo.

   Al día siguiente lo despertó un olor a mierda irrespirable. Abrió los portales y las ventanas, las vacas se asustaron como ajenas, se arrastraron a los bebederos y los rollos de pastura. Eran vacas que tenían buena leche, todas lo saludaron con muchos mumues. Limpió la casona con varias hidrolavadoras, sopleteó todo con alcohol 70%. Estrenó un perfume francés en aerosol, regalo de María, comprado con dinero de Catalina Chanchorena. Dando los trámites por cumplidos, les construyó una cabaña lejos de la casona. Cubrió el piso con heno mullido.

   Las vacas, agradecidas le dijeron mu mu, que en el lenguaje de las vacas, quiere decir “muchas gracias”. Al ternero lo adoptó como hijo, rodeó su cuello una cinta de terciopelo, con un diamante colgante. Le ponía pañalines para que durmiera con él. Lo bautizó “Catalino”, en honor a su Tía.

   A los 103 años, Gerineldo expiró. Lo heredaron sus sobrinos, que en vez de cuidar las vacas, se las comieron una por una. Al ternero también se lo comieron, el más joven de los sobrinos, se atragantó con el diamante. Nadie lo pudo quitar y el sobrino pasó a mejor vida.

   Aparecieron las mujeres de Gerineldo, que propusieron que la casona se transformara en un bulín mistongo. Las mujeres les  doblaban la edad a los sobrinos. Con excelentes cirugías laser, volvieron a ser jóvenes. Hicieron una fiesta negra para inaugurar el bulín mistongo. Se pusieron al día, las jóvenes viejas. Los sobrinos dejaron su celibato y arremetieron con todas. La casona se derrumbó con ellos adentro. Quedó todo lisito y un pesado olor a sexo.

martes, 27 de agosto de 2024

MONSALVE

    Hacía mucho calor, vinimos de la calle y nos tiramos en la pileta. El agua estaba helada, salimos enseguida. Nos tiramos a tomar sol plagiando a Mica de Orense, vuelta y vuelta y otra vez vuelta y vuelta y otra y otra.

   Hacía tiempo que a mi Marido lo llamaba Monsalve, emulando a un Otorrinolaringólogo del Pueblo. Cuando le decía algo no me escuchaba, cada día menos.

   ─¿Monsalve, me vas a comprar cigarrillos?

   ─Desde luego, aunque estén caros te traigo alguno.

   Tardó mucho, me preocupó hasta que llegó con un anillo de brillantes.

    ─Monsalve, te equivocaste, yo te encargué cigarrillos y me trajiste un anillo de brillantes como si fuera nuestro aniversario.

   ─Me pareció raro porque jamás hemos compartido semejante desgracia.

   Un día me confesó que de un oído no escuchaba nada y del otro más menos que más. Pedimos un turno con el Doctor Monsalve y yo lo acompañé.

   ─Aquí le traigo a mi Marido Monsalve, Doctor Monsalve.

   ─Tenemos el mismo apellido, ¿no seremos parientes acaso?

   ─Doctor, se ha equivocado, mi nombre es Monsalve, no mi apellido.

   ─Buenos, Señor Monsalve, recuéstese aquí que voy a inspeccionar primero el oído que tenga más dificultad. Mm, mm, mm. Ya veo, está lleno de cera, me resulta imposible quitarla, es tan dura y de un extraño color verde tornillo. Vamos a probar con esta tenaza. Y de a poco va saliendo, mire usted, tenía un corre que vuela que crecía dentro de su oído. La tendré que podar, aunque sea por estética, no va a andar por ahí con un corre que vuela colgando de su oído. Sigamos, en el otro no tiene nada.

   ─A ver, Señora, ahora recuéstese usted. El derecho está perfecto y el izquierdo con esta leve extracción, lo tendrá como nuevo. A su edad, como a su Marido, la audición disminuye.

   ─Doctor Monsalve, yo tengo oído absoluto.

   ─Pero el tiempo va debilitando todas las funciones, por eso ahora, su oído es relativo.

   Nos despedimos tipo: muchas gracias, Doctor Monsalve y esas cosas que se dicen cuando uno se va.

   ─¿Vos sabés Monsalve, que a mí del oído izquierdo me sacó una enredadera y la enroscó como si fuera un aro?

   ─No te molestes en hablarme porque igual que a vos, yo no te escucho absolutamente nada.      

lunes, 26 de agosto de 2024

PARA REIR O LLORAR

    No sé si voy a seguir yendo a la Escuela, ahora que mi amigo de al lado me regaló ropa más grande, su Mami le dijo que me diera, tengo que remangarme los pantalones, las mangas y ando con mocasines, las zapatillas me apretan. Los chicos se ríen de mí. La maestra se esconde y también se ríe. Si yo ya me sé todo, me enseñó mi Tío Pancho, desde que tengo tres años. Él decía que yo era como Betojoven, un niño de la época de antes que tocaba sinfonías, a mi misma edad.

   Tío Pancho se sentaba en su escritorio y yo a su lado. Él se traía una botella de vino y a mí una Coca Cola familiar. Me gusta el olor del vino, es embargador. Un día me convidó un poquitito, casi nada. Se levantó para ir al baño y ahí sí, me tomé cinco traguitos. Cuando volvió para enseñarme el Teorema de Tales, dijo:

   ─Niño lindo y bueno, estás en las nubes de Úbeda, mejor dormite una siesta y después seguimos estudiando, a mi copa le falta la mitad. ¿Te la tomaste vos?

   ─Perdoname, Tío, pero sí, me pareció mucho más rico que la Coca Cola.

   ─Nunca más hagas eso, si te descubren voy preso yo. En penitencia vas a hacer cinco ecuaciones y después me contás “Cien Años De Soledad”, que ya vi que tenés tarjeteadas todas las generaciones. Preparate, a fin de año te llevo a Buenos Aires y vas a rendir todas las materias del secundario, quiero que te saques 10 en todas. Si eso se hace realidad, buscaré a tus Padres, a ver qué carajo están haciendo.

   ─Tío Pancho, mi Papi me enseñó que carajo es una mala palabra, estuvo mal, porque él se pasaba todo el día diciendo carajo, por cualquier cosa. Me pareció ingusto.

domingo, 25 de agosto de 2024

GUARDA EL LADRILLO

    Entró por un puertón y salió por el otro. Con el rabillo del ojo reconoció la pared del Tonel del Amontillado. Edgar, muchas veces llevó a cabo sus cuentos. O tal vez primero hizo y luego los escribió.

   Había una pared que curvaba raro, él imaginaba y observó los respiraderos de bodega cubiertos de piedras pequeñas, el olor del vino salía, se sabe, el vino es muy de salir. No era grato, había otro olor que lo expulsaba. Del crimen no era, hacía demasiado tiempo desde que sucedió. Usó sus herramientas, era geólogo y antropólogo independiente, llegó a los primeros ladrillos, iguales a los viejos pero menos. Hizo un ventanuco para espiar, sólo llegaba su cara, cientos de telarañas, hacían ruido cuando tejían, tal era el silencio.

   Pensó que era una tontera, pero algo lo obligó a agrandar el ventanuco.

   Golpeó tres veces y escuchó unos pasos seguros, le había parecido, muchas veces le sucedió algo similar, golpeó cuatro veces y esta vez sí, los pasos estaban a dos pasos. Un viejo partido por la vida, con un ojo en blanco, lo miró de reojo.

   —¿Cómo alguien tan joven puede interesarse por este castillo sin habitantes?

   No hubo respuesta, él quitaba ladrillos y el viejo sentado en un pilote dormía. Formateó una puerta y dio pasos cortos para entrar. Cuando pasó su cabeza, un péndulo filoso lo degolló. El viejo, que nunca durmió, empujó el cuerpo y dedicó la noche y el día siguiente a restaurar la pared, antes de caer en el pozo depresivo que le ocasionaban estos incidentes.

sábado, 24 de agosto de 2024

LE TIRÉ LA MEJOR

    Queda frente a donde se cultivan las naranjas más ricas de Buenos Aires. El aire tenía olor a naranja y se esparcía por la casa que me prestaron unos amigos locos, alemanes. Vivían seis meses en Frankfurt y seis meses en su quintón, con bosques y estanques.

   Mis amigos pensaban que todo ese lugar tenía una vibra ocupada, en revertir los estados negativos y transformar ideas que rondaban pensamientos con belleza. Apareció otro amigo de los chicos.

   —Visito este lugar en la época donde parecen llegar todas las luciérnagas que aman el aire del bosque. Ese olor a naranjas las pasma y transforman su color, hay luciérnagas amarillas, azules, rojas, todo el círculo cromático. Esto no lo cuentes a nadie, forma parte del secreto de la casa. Conque me permitas dormir en la buhardilla, para mí está bien.

   Le dije que sí, pero me pareció raro que los chicos no me hubieran advertido esa visita inesperada. Le pedí de onda que me ayudara a construir estructuras de madera de doce caras, forradas en tules casi sin gramado. Una de las caras quedaría libre para la fiesta de lucecitas.

   Los estanques eran navegados por nenúfares blancos que las salamandras de ojos curiosos miraban desde las orillas. Eran mejicanas, de allí las trajeron, algunas hurgueteaban nuestros bolsos. Pasamos una noche respetando los no permitidos de los chicos. No fumar, no tomar alcohol, no música. Escuchar sólo los sonidos de la Naturaleza.

   Cuando miramos las estructuras con luciérnagas multicolores dentro, nuestra armonía con el Universo, nos durmió de asombro.

   Al amanecer tenía hipotermia. Busqué mis abrigos y no estaban, mi mochila tampoco, busqué al amigo de los chicos, había desparecido. Pintó una cruz esvástica en la pared de la cocina.

   A dos Km, había una Seccional de Policía, declaré lo sucedido, son cabeza los tipos, me pedían documentos y una de las razones de la denuncia, fue el hurto de mis documentos y demás papeles.

   —Bueno, lo vamos a detener hasta averiguar si lo que dice es veraz.

   Pedí hablar con un Abogado y llamé a mi viejo, al que hacía dos años que no veía.

   Me liberaron enseguida y prometieron encontrar lo robado...

   —Vos no vas a aprender nunca, en dos años no sabía ni dónde vivías, pero para usarme, ningún prurito. Te dije mil veces que a los alemanes no les des bola, son nazis. ¿No te entra?

   Me despidió con el polvo que levantó su auto. Yo subí a mi moto y desde casa, llamé a Frankfurt.

viernes, 23 de agosto de 2024

NO TIENE PERDÓN

    Andaba la ruta de La Plata a Tandil, donde vivían sus padres.

   Ellos lo despedían con stress alto, sabían que todo estaba grave en cualquier lugar. A su regreso el hijo les contó que lo detuvieron en la ruta cuatro polis con armas largas.

   —Ustedes tres vayansen, con mi arma incluída, no se preocupen, no quedarán afuera. Abrí la puerta y bajate, debo revisar este auto.

   El chico le dijo:

   —Mi única pertenencia es este móvil. (Como dicen ustedes) Lo reviso yo y vos mirás.

   Cuando bajé del auto no terminaba de salir, de alto y musculoso con tatuajes como una telaraña en la cabeza. Le tiré la ropa mugrienta. (Que la lavaba mi madre) Tres mochilas con zapatillas sin marca y un olor a pata que mataba. Setecientos libros desconchados y tres computadoras rotas.

   —Se me hace tarde, te doy estos dos porros, plata no me pidás porque no tengo un goman y aunque tuviera no te daría, te dejo dos porros de regalo.

   —¿Entonces tenés más?

   —Qué loco que es todo, hace 150 km, unos colegas tuyos se llevaron todo mi canabis y el dinero. Tengo una caja de forros yanquis, te los dejo, los podés repartir o vender o metértelos donde más bronca te dé. Dejame de joder, mis viejos me esperan, se van a preocupar ¡no me jodas más! Tienen ochenta años.

   Cuando llegó a su casa habían ido a la procesión, flaquitos como dos ramas secas y menudos, los apretaron tanto que la procesión les pasó por encima y ambos murieron por asfixia y destrozo de los dos cuerpos. 

   El hijo lloraba y decía: 

   —¡Qué hijos de putas que son los tandilinos, sobretodos los católicos. La Plata es una mierda, Tandil le gana por varios cuerpos.

jueves, 22 de agosto de 2024

POR UNA PELOTA

    —¿Vos cuántas veces le diste?

   Pachu pensó bien, el Idiota quería competir.

   —Dejame pensar, dejame pen…! Lo tengo, fue hace unos días y hay testigos. ¿Y vos, Idiota?

   El otro tiró el vaso y quedó bizco.

   —¿Cómo me vas a llamar así?, es un insulto.

   Ególatra y pobre tipo.

   —Todos te llaman Idiota, por ejemplo: “¿vino el idiota?”, “lo invitaron al idiota”, “me lo contó el Idiota”, ¿calás?

   —Sí, no soy Idiota, mi nombre es Idi, qué perversos.

   Esto venía de arrastre, Pachu le dijo que quince veces, se le dibujó el odio inminente.

   —Me quemás la cabeza, para que sepas yo le di veinte.

   Pachu sabía, por la mujer con quien eran íntimos, con todo lo que eso conlleva, el hijo con el entusiasmo de los cuatro años, le gritaba: “ota papá, dale ota”.

   Había mucha gente que reparaba en aquel nadie, los primeros lo nombraban Idiota, los segundos Idi y los terceros le decían Ota.

   La hermana de Pachu vivió años de infortunio, con el Idiota. Le pegaba sin motivos, le hacía el submarino en la poceta, le grabó su nombre con una gilette, en el glúteo derecho y en el izquierdo, el de ella. Pachu sufría y se la morfaba, porque la hermana era capaz de defender a Satanás.

   Consultó con una psicóloga, le dijo que su hermana sufría de masoquismo febril vitalicio. Por suerte, el Idiota se separó cuando conoció a su amiga, la trataba como una reina.

   Una tarde llegó temprano del laburo y estaban charlando Pachu y su esposa. El Idiota se calentó, le daba trompadas al aire, como hacen los Idiotas. Mi amiga lloraba en un rincón, el otro quedó desmayado

   A Pachu, la llevó a su casa para tranquilizarla con un whisky, dos y tres. Se la cogió una vez, dos, tres al hilo.

    —Gol…gol…goool…!

   El Idiota se lo merecía, le quebró dos brazos. Compensación de amor con creces, ahora es actual esposo de Pachu.

   Todos decían que había estado muy agresivo y él, cuando se los cruzaba, decía:

   —Cierren el culo.

   —Como dijo nuestra prócera Mirtha Legrand: “Mierda Carajo”.

miércoles, 21 de agosto de 2024

C'EST FINI

    —Mi hermana se mató por su culpa. Y si lo niega es Ud un mentiroso, como Simone de Beauvoir. Todos se la creyeron porque era la mina de Sartre y si alguien decía que Sartre resultaba un pesado, era como decir que a Georgy le faltó madre. ¿Por qué no le editó a Violette? Yo misma le contesto porque la Leduc escribía mejor y sufría como si hubiera sido la peor, ¿sabe de quiénes le hablo? ¿o le quedan los canales obstruídos?

   No sé por qué se molestó en venir, Balcarce es lejos de Vela.

   —Lo de su hermana quedó catapultado en el olvido. Le puedo asegurar que hasta le pedí casarse conmigo y dijo que le daba asco. Su libro tenía dos páginas, que pretendían resumir la historia del mundo. Autora desconocida, publicada por “Ed. Sartre”, hubiera sido un desastre. ¿Cuánto ganaría yo por ese engendro? ¿Cuántos se le hubieran reído en la cara, por aquel disparate tan feo como ella? Suprimir su vida, le vino fenómeno para que todos los medios se ocuparan de ella, ser famosa por dos días. Su libro de dos páginas lo edité y la gente lo compró y se la creyó, mi amigo Vicente, que hace lo que hace la gente, dijo que por fin nos enterábamos porqué el mundo era tan inhóspito. Ya voy por la quinta Edición y siempre aparece algún boludo para felicitarme. Es el tiempo de la Deculturación y hasta los imbuidos en la materia, deliran que es el último libro que escribió Simone de Beauvoir.

   —¿Me quiere decir Ud, para qué demonio entramos en el tiempo de la tecnología? Si no te guía.

   Ojalá se calle, el viejo ladrón.

   —Mirá viejo, vengo a cobrar mis derechos de autora, el librito que vos denostás con tanta ligereza, lo escribí yo, tengo testigos y jueces. Mi hermana, la pobre, era analfabeta. Dame la guita y no tendrás el placer de ver más mi cara, ni yo de ver la tuya de viejo choto.

martes, 20 de agosto de 2024

PLENILUNIO

   Hicimos un paseo postprandial, se cayó una vez por cuadra, veinte cuadras, veinte caídas.

   —Abuelo, ¿por qué no usás bastón?, o mirá el piso al caminar, o…

   El Abuelo me puso cara de cachetada. —Tengo muchos años y no quiero perder los que me quedan con la cabeza mirando las baldosas rotas, gracias al chorro del Intendente. Cuando dejo mis piernas a su libre albedrío, me regalan los nombres de los árboles que no recordaba, la camamila que me daba tu Abuela, diviso las brevas de una higuera y cerrando los ojos tengo tus años. Hay subidas y bajadas como los médanos del Cairo y me enojo por no encontrar los camellos de aquel tiempo. Tanto ensoñar, y ver que algo quedó, aterrizo.

   El abuelo está viejo, pero es sabio, no quiere ayuda para ponerse de pie, está loco, a mí me gustan los locos, la gente sensata me da sueño.

   —¿Abuelo, y si vamos a tocar el violín a la punta de la montaña, donde se ve el mar?

   Tardamos tanto con sus derrapes y el cuidado de los violines, que se prendió la luna. Llegamos justo, como para el adagio de Albinoni, Claro de Luna…

   Mi familia se preocupó por la tardanza, considerada desaparición. Salieron a buscarnos, todo el vecindario de casa separadas, juntó sus fuerzas. Temieron lo peor y se repartieron en caminos diferentes. Nosotros escuchábamos el eco de sus voces y los perros ladrando a la luna.

   El abuelo decía: —Ayudame a no romper esta noche, es luna llena y nuestro repertorio alcanza hasta el amanecer.

   Le dije que sí. —Con mucho gusto, Abuelo, no sé por qué la gente piensa que somos eslabones. Siempre agarrados por algo, presienten lo peor y no hay magia en sus angustias.

   El Abuelo tironeaba de mi brazo, hasta donde las olas rompen en las piedras, los dos teníamos los dedos con sangre, guardamos los violines. Emprendimos el regreso, subimos con dificultad, pero bajamos como dos pendejos.

   Ya cerca de la multitud que nos buscaba y los perros que saludaban con alegría, los grandes nos puteaban como a dos estafadores. Mis hermanos consideraron una traición no haberlos invitado.

lunes, 19 de agosto de 2024

COMILONES

    —Vísteme despacio que llevo prisa.

   Enano pretencioso.

   —¿Por qué no te vestís vos? Que despacio, que rápido, no quiero ser sirviente, prefiero la libertad, por un día, si eso es posible. Te llevaste todos los condados, uno por uno. Cuando alimentabas bien a tus soldados y empezaste con las Jubilaciones de Privilegio, te apropiaste de tres países por día, hasta que tus ejércitos no soportaron el frío de Rusia. ¿cuánta gente mataste en los países que limitaban la Rusia? Ni sabés, porque vos acá, piola, haciendo disfraces a tu medida, talle S-SS y te mirabas el rulito en los espejos y tu sombrerito de tres picos gallináceos.

   —¿Vos pensás que nadie me admira?

   Qué le voy a decir? Que es más enano que puto? O más puto que enano?

   —Nooo ¿Cómo voy a pensar? Los esclavos no piensan, por eso los gentiles los denostan.

   Pero te cargaste media Europa antigua y las Islas Vegetarianas. Cuando le comiste la mano a Josefina, yo estaba. Se descubrió que además de ambicioso y antropófago, no eras vegetariano. Te hiciste un Mausoleo de Mármol de Carrera, desde donde para mirar tu llegada, había que agacharse. En vida, nadie se hincaba ante tu presencia, porque no les daban las lumbares. Ahora de muerto todos se inclinaban por temor a quedar sin trabajo.

   Josefina murió antes, por el disgusto de su mano perdida, con la que hacía todas sus movidas y otras porquerías que complacían a sus múltiples amantes. Rasputín vino a darte el pésame, enterado que Josefina había muerto e ignorando que a vos te importaba un carajo. Durante el almuerzo, mientras vos te mandabas la parte, te comió íntegro.

   Su último comentario fue:

   —Qué delicia la ingesta de carne francesa de animal chico, cruda la prefiero, porque puedo mojar el pan en el juguito. Bueno, panza llena corazón contento.

   Volveré a visitar a la Zarina y le adivinaré un futuro promisorio. Ella me va a creer, aunque después mataron a toda su familia, menos a Anastasia, que estaba buenasaza, la recogió Rasputín en numerosas oportunidades.

   Eso la hizo vanidosa y eterna. Va a contraer nupcias con Brad Pitt y lo festejarán en el Castillo de Angelina Jolie, con sus veinticinco hijos adoptados y cinco apropiados.

   Rasputín murió envenenado con cianuro, aún se desconocen los motivos. Anastasia, con la anuencia de Brad, que había llegado a Juez, le hizo cerrar el caso, porque le daba insomnio.

domingo, 18 de agosto de 2024

SENEGAL

   —Recorrí muchos países por trabajos de la empresa “Tupac Encomandita Por Acciones”. Me eligieron por mi porte distinguido, mis rasgos regulares de ojos verdes convincentes, como mi voz profunda que hablaba cinco idiomas y exponía con lenguaje académico, las propuestas de la Empresa. Sabés que daba una imagen tan respetable, que los hombres se negaban la pretensión de invitarme, ni a una copa.

   Corcho, su amigo de la infancia, le miraba esa boca perfecta y quedaba en estado de gracia.

   —Si querés saber mi opinión, Jezabel, no podés seguir virgen con treinta años, te conozco de chiquita, pero tu cuerpo clama deseos intensos, por parte del género masculino, número singular, a saber yo.

   Ella miró la boca de Corchito y con lentitud de ofidio, le dibujó los labios con la lengua.

   —Jezabel, quiero que pruebes otras bocas en cada viaje, cuando termines con todos, yo te espero, vos decidís.

   Sus palabras dieron permiso a mis ganas. En Tokio, un japonés alto, me besó reiki y luego metió su lengua suave, recorriendo mis dientes. Cuando me despedí, descubro que estaban blancos como la nieve.

   El segundo punto fue Emiratos Árabes, allí uno que elogió mi pronunciación de su idioma, tenía ojos oscuros intensos y se acercó a mi boca, sonámbulo. Yo tomé la iniciativa de rozar apenas sus labios violetas, había residuos de arena, en aquella boca. No me gustó, pero le regalé una sonrisa antes de tomar el vuelo a Senegal.

   Me invitaron a la Embajada, pero pretexté una jaqueca importante. Recorrí los bares de los barrios bajos y los hombres en cuero, esos lomos que daban ganas de comerles la boca, pensaron que era puta, se pusieron en fila para besarme y mi libido alcanzó para todos.

   Terminé por el de pestañas más largas y ojos más tristes, su boca era mullida, tibia y su respiración se aceleraba. Acosté mis labios en los suyos, inventamos un cóctel de lenguas y caminamos hasta la orilla del mar, prendidos de nuestro beso. Me tomó la cintura con una sola mano, que me dio la vuelta. Sentí que el Universo me paseaba por el cielo y nada más importaba.

   La sensación se retiró como vino, le miré los ojos, ahora eran contentos, iba a decirle que tuve un orgasmo, pero se adelantó él.

   —Jezabel, por favor, no encerremos lo que vivimos, en una palabra. 

sábado, 17 de agosto de 2024

RECUPERADO

    El Editor que ya va por el delirium tremens, dice que mi cuento, “Perdidos en el día”, es plagio de “Perdidos en la night”. Como siempre hizo, me da una semana para un cuento que no conste de meras descripciones.

   Vamos a por él: “Oscar era marinero, su trabajo el peor, fogonero, pocas veces detenía su trabajo y paseaba la cubierta. Tenía ataques de locura, que sus compañeros ocultaban. Cuando comenzó a golpear a cualquiera, se comunicó al Capitán, un hombre mordido, sangrante, pidiendo por favor, le hicieran Junta Médica al fogonero Oscar Defalco. Resolvieron darle una licencia permanente por insanía. Producto de los ruidos de los motores y el fuego, perdió la razón. Le dieron un chaleco químico importante y los Médicos opinaron que su mejor cura, era permanecer en la casa de su Madre viuda.

   Lo recibió con un bife de ternera, acompañado de papas fritas. Concurría al Psi, tres veces por semana, con medicación igual se ponía agresivo, ni él podía consigo, ni su Madre, que lo adoraba como a un Dios. Tenía amigos que fumaban cannabis paraguaya y con anuencia de su Madre y los Médicos, le dieron a probar. No sólo fue una panacea, sino que los medicamentos, él mismo los dejó.

   Eran gente humilde y el cannabis, cara para sus posibilidades. Oscar empezó a plantar en el inmenso jardín de su casa. No tenía problemas vecinales porque la construcción quedaba en el medio de una loma.

   Se rodeó de lúmpenes que lo querían, más por interés que por Oscar persona. El amigo lúcido le dijo:

   —¿Sabés que yo venía en la bici y de lejos, tu casa parece un macetero? Sé precavido, porque se puede dar cuenta la yuta.

   Y así fue cómo un Comisario, enterado de su historia, llevó el caso a Tribunales, nuevamente Junta Médica, Fiscal, abogado y su Madre.

   Le dieron una autorización especial, esto ocurrió hace mucho tiempo, cuando existían hombres sensibles, de aquel grupo le permitieron fumar cuando necesitara, sin hacer uso comercial. Esto último no fue necesario, porque él le regalaba a quien quisiera. La Vieja vivía haciendo brownies, para que no arruinara sus pulmones.

   Cuando murió la Mami de Oscar, se fue a vivir a Buzios, donde no existía ningún emprendimiento inmobiliario. Un Diplomático argentino y Escritor, escribió la vida de Oscar con su permiso. Le regaló una casita de pescadores. Pasaba el día tejiendo redes de pesca, cuando bajaba el sol se arrojaba de las piedras más elevadas y nadaba, siempre algún piadoso lo subía a su barca y lo trasladaba a la casa.

   Había comida sobre una mesa, algún pescado con ensalada y dos huevos fritos o feijoada. Oscar no sabía quién se tomaba la molestia. Nunca supo que era de todas las casitas, que se turnaban.”

   El Editor falleció esta mañana. Me dejó una nota breve: “Nunca conocí a nadie tan impaciente como Ud, siga escribiendo, se lo merece. En cuanto a sus ideales, no permita que lastimen su corazón.  Anastasio Broli.”

viernes, 16 de agosto de 2024

NOCHE CERRADA

                                    NOCHE CERRADA

   Los chanchos revoloteaban

de rama en rama

afuera llovía y adentro también llovía.

   Había un señor leyendo un libro sin letras

bajo una lámpara apagada.

   Tenía sus manos guardadas

en dos bolsillos sin fondo.

 

   Viste que nos miran pasar

los encontrás detrás de los cuadros

abiertos a rozarte a vos y a mí

de noche. De día duermen

en los cipreses

ellos los necesitan para ayudarlos,

a hacer el amor y esconderlo

como si fueran sus casas

cipreses con amigos

suelen vivir rodeando cementerios

y de noche se van de joda

                                   en silencio…

 

 

 

                               UNDER THE TABLE

   Se pasan la quesera

de los ravioles de arriba

por debajo de la mesa

me hacía un guiño

desde arriba

para que le pasara un poco de vino

por abajo de la mesa.

   Jugaban dos niñas

abajo de la mesa

recorrían el mundo

(en secreto)

   Son las mismas

que tomaban el té bajo de la mesa.

   Dos primos de cuatro años

“si vos me mostrás, el tuyo primero

yo te muestro el mío después”

   —¡Ché, loco! Fumate este porro conmigo

abajo de la mesa.

   —¿Y los abuelos?

   —No tienen olfato

   —Vamos afuera

esta mesa nunca sirvió para nada. 

jueves, 15 de agosto de 2024

DESEOS CUMPLIDOS...?

    Meg quería parir un hijo desde antes de casarse. Pasaron cinco años y ella no podía y sufría. John le propuso inseminación in vitro.

   —No!!! Así no quiero o es de los dos o nada.

   Llegó el día, Meg quedó unpruned.

    —No quiero que le digamos a nadie. Será una sorpresa.

   Fueron a hacer una ecografía, ella feliz y contenta quería saber. La atendió una médica recién recibida, le pasó un líquido tibio y recorrió el interior de la panza de Meg.

   —¡Buenas noticias mi querida! Sabés que vas a tener mellizos…

   —¿No será una equivocación?

   —Para nada, John, acérquese, se ve perfecto, son dos.

   Pasaron cuatro meses, ya se le notaba una panza inmensa, parecía estar de seis. A los nueve meses, Meg no podía soportarlo.                          

    —Doc, quiero una cesárea ya! Si no lo hace me muero.

    No hubo necesidad, tenía una dilatación perfecta. Primero salió una, todos esperaban la segunda, tardó unos minutos en salir y resultó ser un niño.

   A los tres años Meg, “la prodigiosa”, así le decían, quedó embarazada y de nuevo nacieron mellizos. Es frecuente, contradiciendo, hubo un error, fueron mellizas. Meg se practicó unas histeroctomía, para no sufrir la terrible circunstancia de cuatro mellizos. John le regaló un pasaje, a Córcega y Cerdeña. Le pareció un descanso bien merecido. Antes de partir le regaló un ajuar completo con sombreros y todo. En el viaje se sintió entre nubes mullidas que la hicieron dormir todo el viaje, con sus escalas.

   A su llegada, la esperaba un ayudante terapéutico (por las dudas) que la guiaba donde quisiera. Ella eligió una casa balconeando al mar, le ofrecía exquisitas visiones de hombres distinguidos que la saludaban. Era invitada todos los días a conocer nuevos lugares, luego venían platos de mar regados con coca cola. Al atardecer hacían lo que podían y lo que no podían también.

   Hacían el amor cómodos principiantes y sus gemidos hacían réplicas entre las piedras y el mar profundo. No se quedó corta Meg. Siguió haciendo lo que no podía y lo que podía también. Todos sus amantes le ofrecían casamientos imposibles, como un Príncipe griego al que casi le dijo que sí. Cuando llegó su pasaje de vuelta, recordó lo que dejó y casi los extrañaba, a su familia que eran multitud.

   La esperaba John llorando pidiendo ayuda, porque él no daba más, los chicos se encontraban impecables, los cuidaron cuatro nanas.

   A Meg le dieron ganas de hacer con su marido, lo que podía y lo que no podía también. Se encerraron en sus aposentos y tardaron una semana en salir a visitar sus dos pares de querubines. Pero los chicos son imprevisibles, se fugaron y no hubo cristo que los encontraran. Fueron tragados por el mar…o tal vez, quién sabe…

miércoles, 14 de agosto de 2024

UÑAS ROJAS

    Siempre odié a la Escuela, no a mis compañeros, porque nos divertíamos y éramos multitud en los recreos.

   Los personajes que me hacían sentir chiquito, desamparado y triste, fueron los Maestros. Hablaban con una seguridad colmada de poder, no transmitían nada que pudiera servirme para algo que no sea aburrirme y el deseo constante de irme. Hasta la Dirección me resultaba más agradable. Ir a corregir el cuaderno único, antes se usaba un único para todas las torturas. Al cabo comprendieron que era mejor uno para cada materia. Hacer la fila para que la Srta Fulana corrigiera.

   —No te pongas nervioso porque la Srta Lemida es un pan de Dios.

   Si el pan de Dios existía, era frío como una lápida. Tenían uñas rojas, largas, piel suave, delantales almidonados antes del acrocel y un perfume dulce de abeja picuda. El pelo era consistente, duro como sus gestos.

   La segunda hora, la temeraria Matemáticas. Disfrutaban llenando el pizarrón con números, signos que parecían infinitos cuando seguían con los pizarrones del costado. Esos tacos altos, las medias transparentes que cubrían piernas de mentira.

   —Esta cuenta es muy fácil, la resolución del problema no merece perder tiempo. ¿Alguien quiere pasar?

   Yo me hundía y las sienes me latían cuando me miraba.

   —Pase Ud, Sr Quetorudo.

   Me levantaba del asiento despacio, llegaba al pizarrón y leía el problema como si fuera a entender algo.

   —Vamos, Sr Quetorudo, no tenemos toda la mañana, más sencillo que eso es imposible, le brindo ayuda, es una suma, una resta, una multiplicación y una división.

   Cuando tocaban el timbre del recreo, ella decía:

   —Pueden salir todos, menos el Sr Quetorudo. Yo bajaba la cabeza como un cobarde. Ella con un dedo me levantaba el mentón.

   —Decile a tu Madre, que mañana necesito hablar con ella.

   De donde deducía que le iba a decir, que era un alumno problemático y no sabía cómo solucionarlo.

   El tercer tiempo era dejarme sin recreo. Todas fueron iguales, por eso cuando paso por la Escuela, ahora que soy adulto, le doy vuelta la cara.

martes, 13 de agosto de 2024

PRETEXTOS

    Se tiró o la tiraron. Estaba muerta, el trasero pesado le dio impulso. Antes llamó y le pidió que llame.

   —¿Te sobrevivió la pussy?

   Hoy no sabe, tenía que ocuparse de muchas pussys, se quejaban por mal atendidas. Tiburcio tenía una agenda tan apretada que en una distracción le quedó apretado el miembro entre las hojas. Fue al Juez de turno.

   —Di muchos turnos con sus recibos pagos, cerré mi agenda con bronca y el miembro quedó ahí, mire si no le miento.

   Lo depositó en el escritorio, el Juez se caló los anteojos.

   —Es enorme, con razón tanta demanda, haremos un arreglo y no tendrá problemas, lo puedo reemplazar.

   Tiburcio pensó que el Juez estaba casado.

   —Señor Juez, no quiero arruinar su matrimonio.

   El Juez le contó algo cierto.

   —Estimado Tiburcio, mi relación es una ruina y el sólo pensar en la pussy de mi mujer, me da asco. Únicamente que me dé el culo, pero la muy avara no quiere, dice que cuando le erro, las hemorroides se sienten despreciadas.

   —Bueno, Juez, prefiero pagar la multa. Me mataría quedar sin pacientes. Las mujeres pensarán que es una engañifa.

   El Juez extrañado.

   —Firme al pie del expediente,  ya tiene una causa abierta, no tenga miedo.

   A Tiburcio le cayó un lagrimón en medio de su firma, quedó una lagunita entre letras.

   —Me cansó, Tiburcio. Secretario Roldán, corte en rodajas finas el miembro, logró zafar de la agenda. Cuando vaya a la última carnicería que dejaron en pie los veganos, observe si las mollejas son como éstas. No termina nunca, Secretario Roldán, pida al Ordenanza que las ase. A mí me gustan casi quemadas. Invite al Fiscal, para no meternos en quilombos. El asador está invitado para la ceremonia, “¡Un aplauso para el asador!”

   El Ordenanza dio aviso que Tiburcio había muerto desangrado.

   —Si su Señoría lo permite, lo arrojaré por el balcón, ninguno de nosotros lo conocía, era un indocumentado.

lunes, 12 de agosto de 2024

Y NO ERA UN CUADRO

    Cumplió 125 años el Señor Ramiro Del Cuerno, echaron al Intendente de turno, cansados de sus afanos y nombraron al Señor Ramiro Del Cuerno, nuevo Intendente, que ni enterado estaba del significado de “afanar”.

   La Señora Eduviges A La Sombra, fue la encargada de administrar los dineros de la comarca. Aunque ella durante su joven vida, de 98 años, sólo había administrado los huevos de su gallinero. Era persona de palabra, Eduviges A La Sombra, jamás robó un huevo en el gallinero de al lado.

   Toda la comarca pagó sus impuestos, con pasajes a cualquier lugar mundano, que los ancianos, con perdón de la palabra, quisieran las estadías y demás tonteras, acompañaron a los casi Monarcas. Por cualquier eventualidad, OSDE, les imprimió una tarjeta bañada en oro. Querían que a las nuevas autoridades les circulara el torrente sanguíneo, para fomentar ideas prósperas en la comarca.

   Los viejos, que no eran trapos, partieron el primer día de sus regalos paganos habilitados. Un avión de siete motores, con dormitorio cocina y baño, los llevó en vuelo directo, al Sur de Italia, a Palermo, donde se encontraba el lugar de sus respectivos nacimientos. Se desenrolló una alfombra roja, hasta la playa de la Piedra Pómez. Se bañaron desnudos, el lugar estaba vacío. Desapareció la alfombra, el avión, el Comandante y la Azafata.

   —Ramiro, podemos decir que vamos a morir.

   Él miró el entorno y se reía. En mitad de la bajada, una pareja joven los saludaba, fue un encuentro amable, cuatro desnudos y no era un cuadro. El joven propuso un asado y los viejos aceptaron. El pedazo de asado era minúsculo.

   —Ay, chicos, hicieron bien en traer poco, nosotros no comemos carne, pasamos días de ayuno, así lo pide el cuerpo en esta edad.

   Mientras la chica los miraba con amor, el joven preparó una cuchilla larga y decapitó a los viejos. La marea nunca devolvería cuerpos centenarios, escaparon a Rumania y ambos se practicaron cirugías láser, que reproducían los rasgos de los viejos, cuando jóvenes.

   Ellos tomaron fotos sepias de un Bar abandonado, entre piedras que protegieron esa pequeña construcción y estaban brindando el día de su boda.

   Viajaron a la comarca, advirtieron la llegada del avión mientras los lugareños esperaban. Bajaron dos jóvenes irreconocibles, con dejos de Ramiro y Eduviges. Desde el podio y no era un cuadro habló Ramiro, de la cirugía que los volvió jóvenes, con ganas de hacer progresar la comarca. Aumentaron los Impuestos más altos que las ganancias. Por Decretos de necesidad y Sugerencias de Eduviges, vaciaron los Bancos, los Tesoros de la Iglesia, expropiaron los campos, las casas, el ganado ovino, bovino y las gallinas. Hartos de robar tanto, a gente tan permisiva e ingenua, volvieron a Italia. En Palermo construyeron una casa suntuosa que alquilaba habitaciones. En la entrada colgaba el nombre del lugar: El Palacio Del Lord Ramiro Del Cuerno y Eduviges A La Sombra. Un trabajo de frentistas orfebres y no era un cuadro.  

domingo, 11 de agosto de 2024

BENEFLOSAL

    —Trícoli, Cuartón, Salvechi, ahora les toca a Uds, tienen catorce, el mundo verdadero ocurre tras la puerta. El Señor Larrepart, alimenta y educa desde que fueron bebés hasta ahora. De lo que encuentren, les deseamos lo mejor, adieu, petits enfants.

   Salvechi, con sus pesos en el morral:

   —Debo separar a Trícoli y Cuartón de mi camino. O me quiero yo o no me quiere nadie, lo demás sobra. Tal vez sea malo, pero debo protegerme, buscando en los avisos, encontré “Anciana sola busca compañía”.

   —Ah!, Casa de Protección le dicen, antes era Orfanato.

   Salvechi no sacaba los ojos de la anciana de cara animada.

   —Te voy a llamar Salva, es más alegre, mi nombre es Flor y me gustaría que recorras la casa y elijas el cuarto que más bronca te dé, así decía mi Abuela.

   El más alto, lo más parecido a la punta de un faro, podía ver la costa uruguaya, el lugar de origen de mi Madre. Allí me parió y se murió. Después no sé, bueno, la Casa de Protección. No quiero saber tampoco, seguro que es triste y ahora no necesito.

   Flor me llevó a conocer el mundo, me presentaba como su nieto.

   —Oye Abuela, yo pido unos tacos y vos?

   Ella me daba puntapiés bajo la mesa. Flor, la sorprendente, decía “mi nieto”, pero no quería que la llamara “Abuela”. Luego de ver lo que pasaba en Ucrania, dijo no sentirse bien, tenía parientes ancianos allí.

   —Salva, quiero que sigas el viaje a todas partes, es una compensación que te debe la vida, yo recuperaría mi bienestar, sabiendo tu disfrute, te dejo mis dineros y tarjetas. No quiero darte más consejos, serían mil.

   La acompañé al Aeromata, así le decía ella. Sentí que una flor se llevó el calor de mí. Anduve, por andar andando y hasta encontré  Trícoli prendido de una rica. Y Cuartón, se dedicaba al contrabando.     Del sano —dijo.

   Me quedé más tranquilo. Tiempos sanos ya no existen. Creerle a él, que sufrió tanto, era lo menos que podía hacer.

   La anciana Flor se encontraba en el Sanatorio, con máscara de oxígeno, mangueras de transfusión de sangre, suero y la tráquea entubada. Podía ver, oír y hablar.

   —¿Enfermera puede conectar el televisor en las Noticias?, gracias pichona.

   Enganchó un terrible bombardeo en Sri Lanka, sabía que era uno de los destinos elegidos por Salva. Flor escuchó que entre las víctimas identificaron un argentino, de nombre: Salvechi.

   La anciana Flor, con sus facultades mentales en perfecto estado, arrancó su máscara de oxígeno, las mangueras de transfusión y el entubado de la tráquea, con tráquea y todo.