lunes, 12 de agosto de 2024

Y NO ERA UN CUADRO

    Cumplió 125 años el Señor Ramiro Del Cuerno, echaron al Intendente de turno, cansados de sus afanos y nombraron al Señor Ramiro Del Cuerno, nuevo Intendente, que ni enterado estaba del significado de “afanar”.

   La Señora Eduviges A La Sombra, fue la encargada de administrar los dineros de la comarca. Aunque ella durante su joven vida, de 98 años, sólo había administrado los huevos de su gallinero. Era persona de palabra, Eduviges A La Sombra, jamás robó un huevo en el gallinero de al lado.

   Toda la comarca pagó sus impuestos, con pasajes a cualquier lugar mundano, que los ancianos, con perdón de la palabra, quisieran las estadías y demás tonteras, acompañaron a los casi Monarcas. Por cualquier eventualidad, OSDE, les imprimió una tarjeta bañada en oro. Querían que a las nuevas autoridades les circulara el torrente sanguíneo, para fomentar ideas prósperas en la comarca.

   Los viejos, que no eran trapos, partieron el primer día de sus regalos paganos habilitados. Un avión de siete motores, con dormitorio cocina y baño, los llevó en vuelo directo, al Sur de Italia, a Palermo, donde se encontraba el lugar de sus respectivos nacimientos. Se desenrolló una alfombra roja, hasta la playa de la Piedra Pómez. Se bañaron desnudos, el lugar estaba vacío. Desapareció la alfombra, el avión, el Comandante y la Azafata.

   —Ramiro, podemos decir que vamos a morir.

   Él miró el entorno y se reía. En mitad de la bajada, una pareja joven los saludaba, fue un encuentro amable, cuatro desnudos y no era un cuadro. El joven propuso un asado y los viejos aceptaron. El pedazo de asado era minúsculo.

   —Ay, chicos, hicieron bien en traer poco, nosotros no comemos carne, pasamos días de ayuno, así lo pide el cuerpo en esta edad.

   Mientras la chica los miraba con amor, el joven preparó una cuchilla larga y decapitó a los viejos. La marea nunca devolvería cuerpos centenarios, escaparon a Rumania y ambos se practicaron cirugías láser, que reproducían los rasgos de los viejos, cuando jóvenes.

   Ellos tomaron fotos sepias de un Bar abandonado, entre piedras que protegieron esa pequeña construcción y estaban brindando el día de su boda.

   Viajaron a la comarca, advirtieron la llegada del avión mientras los lugareños esperaban. Bajaron dos jóvenes irreconocibles, con dejos de Ramiro y Eduviges. Desde el podio y no era un cuadro habló Ramiro, de la cirugía que los volvió jóvenes, con ganas de hacer progresar la comarca. Aumentaron los Impuestos más altos que las ganancias. Por Decretos de necesidad y Sugerencias de Eduviges, vaciaron los Bancos, los Tesoros de la Iglesia, expropiaron los campos, las casas, el ganado ovino, bovino y las gallinas. Hartos de robar tanto, a gente tan permisiva e ingenua, volvieron a Italia. En Palermo construyeron una casa suntuosa que alquilaba habitaciones. En la entrada colgaba el nombre del lugar: El Palacio Del Lord Ramiro Del Cuerno y Eduviges A La Sombra. Un trabajo de frentistas orfebres y no era un cuadro.  

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