sábado, 17 de abril de 2021

NO VAYAS A PENSAR

 

   Noche cerrada, ni estrellas ni luna. Aparecieron los dos por caminos diferentes. Se sentaron en el mismo banco. Cuando él la miraba, tenía una nariz griega y no le vio nada más, porque ahora, ella lo miraba a él, con sus rasgos regulares y una barba incipiente.

   —Salí porque no podía respirar, tengo tanta tos que me voy a comprar jarabe en la Farmacia. Te dicen las 24 horas del día, pero no es verdad, casi todas están cerradas, por eso me senté a esperar. Me llamo María y no quiero que pienses que ando con ganas de levantar. Soy una persona correcta y educada, te lo digo para que no pienses que soy una mujer cualquiera. Hablo para no seguir tosiendo. Me da pudor toser tanto, desde que era chica me sucede. En especial cuando un chico me gusta, no quiero que pienses que me gustás.

   —Yo prefiero que te calles y que tosas lo que quieras, igual el sonido se confunde con los grillos.

   —Si no te molesta, prefiero que me des un beso largo.—dijo María.

   Él se acercó para besarla y ella le estornudó adentro de la boca.

   —Mejor me voy, no me gusta lo que hiciste.

   —No, por favor quedate, aunque sea para acompañarme a la Farmacia, si no,  te escupo.

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