viernes, 16 de abril de 2021

SI GUSTA

 

   Lo encontré en el ascensor del octavo piso, entró otro señor del noveno y en el segundo piso una mujer que no paraba de hablar, con el barbijo mojado. Vivía en el ascensor, subiendo y bajando, se detenía en cada piso para ver cómo andaba la gente. Nunca salía del ascensor. Le encantaba cuando era ocupado por más de cinco personas. Estornudaba a cada rato. Los vecinos estaban asustados y se alejaban de ella contra las paredes del ascensor. Las microgotas de flügg llenaban el espacio.

   Algunos habitantes preferían subir por la escalera. Finalmente hicieron la denuncia ante el Ministerio de Salud. La mujer se había aplicado las vacunas de Canadá, Kuala Lumpur, la rusa y la holandesa. No quiso ser expulsada, en los Hospitales donde se hizo vacunar, no pidió turno, se presentó para recibir las cuatro vacunas juntas. Su nombre no figuraba en ninguna lista.

   —A mí no me van a expulsar, tengo todas las vacunas puestas y ya que estaba me robé un montón. Si alguien gusta, yo tengo. Ahora me callo porque debo estornudar y necesito mucho silencio, si me cortan el estornudo los mato.

   De pronto se le cayó el barbijo mojado en el ascensor, una señora viejita le ofreció el suyo.

   —Ahora, ¿me puede regalar el que se le cayó? Yo lo usaría de mentira para poder entrar a cualquier negocio. Por supuesto antes lo lavo con alcohol gel y después con almidón y claro está, lo plancho.

   Se reunió el Consorcio y hablaron todo lo que podían hacer con esa mujer. Uno dijo:

   —Para mí hay que matarla.

   El del octavo, que era Médico Especialista en Virus:

    —Tiene razón el señor y sé cómo hacer para matarla, le inoculamos la vacuna argentina. Luego diremos que la pobre mujer tiene el Covid que le contagiaron. Pondremos cara de circunstancias y lo demás que se arreglen los parientes. Sin embargo es raro, no tiene parientes, así que el entierro queda en nuestras manos.

   Cuando bajaron por el ascensor:

   —Bueno, la vamos a matar.

   Y así lo hicieron.

   —Yo no sé cómo lo hicieron porque no estaba. Me enteré por el Diario: “Todos lo que vivían en ese edificio, tenían Covid, y los edificios que lo rodeaban también.” Lo único que tengo para decir, es que yo me contagié de la señora, con la cual compartimos muchísimos touch and go.

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