viernes, 16 de marzo de 2018

TENGO CINCO PARA SEIS



   No sé por qué, Mamá le grita todo el tiempo que está en casa. No le gusta tomar sopa nocturna con él, hace mucho ruido cuando absorbe con la cuchara, a mí me encanta y le copio los sonidos, jugamos a ver quién hace más ruido. Es mi Papá y mi mejor amigo, los demás son aburridos. A él se le ocurren cosas divertidas, cruzamos la Plaza Moreno, que es enorme, llueve y él camina rápido, mirando al cielo dice: —¡Nos está bautizando Dios! Pedile lo que quieras y él te lo cumple.
   Bueno, le pido: —Diosito, hacé que mi Mamá sea buena.
   Papá dice: —No Patricita, los deseos no se piden delante de otro, porque no. Además no es mala, es histórica.-Y se ríe, yo también me río porque si él lo hace, debe ser comiquísimo-.
   Volvimos y estaba furiosa: —Se van a enfermar los dos y voy a tener que cuidarlos, vos, Jorge, sos un irresponsable!
   Papá no dice nada, pero pone a secar la ropa en la estufa. Los domingos vamos a Misa,  Mami no porque dice que ella no necesita. Me encanta la Misa Cantada y el olor del humito. Tengo un poco de vergüenza cuando Papá saca el pañuelo del bolsillo interno, lo abre como una sábana, se suena la nariz y mira lo que le salió, será para ver de qué color es. Después lo dobla, lo guarda y ahí me explico su pañuelo externo de tres puntas, es para salir.
   Después cruzamos a la Plaza y nos ponemos debajo de un árbol de “eucaliptus medicinal”. 
—Respirá todo lo que puedas, porque este olor te cura el resfrío.
   Son raros mis Padres, yo duermo al lado de la pieza de ellos. Que no se dicen ni hasta mañana. En medio de la noche, me despiertan ruidos de elástico de metal, que saltan, pienso que es una pesadilla. Mami hace los mismos sonidos que mi gatita blanca y Papi resoplos de caballo. Cierro fuerte los ojos y me tapo la cabeza con la almohada, no quiero escuchar, me da miedo. Mamá, a veces tiene manchas rojas en el cuello, eso sí le pregunto, dice que son ronchas de mosquitos culpa de Papá.

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