—Elis, estamos
en la lona, si te casás con Ramiro, podemos levantar vuelo.
Elis era
bellísima, solía romper corazones y se le conocieron, al menos, dos suicidios
por ella denostar aquellos amores.
—Mamá, Ramiro es
un culo roto, pretencioso y engrupido, mirá si es infiel? Insolente.
Cuando se
terminó el papel higiénico, Elis sedujo a Ramiro, que agarró viaje enseguida.
Pasaron la luna de miel en Japón. Ramiro llevó su Secretario, para no retrasar
sus negocios. Siempre tenía mesas de acuerdos en Japón. Elis quedaba sola y
pensaba: —Si así es mi luna de miel, lo que me depara el después. Este Ramiro
no curtió conmigo ni la noche de bodas, adujo que estaba cansado, no tiene
cara.
Lo único que me
daba placer, era que mis viejos, gracias a las matufias de Ramiro, se
convirtieron en nuevoricos. Pero yo necesitaba otro tipo de placeres. Visto y
considerando que con Ramiro no pasaba one, me acosté con el ascensorista, con
el chef de cocina, con el conserje, con algún pasajero solitario y dos japoneses
juntos, pero respetuosos de sus turnos. Todo esto lo pude hacer porque ¿Quién
me conoce en Japón?
En Argentina
Ramiro tomó las riendas y se puso al día con sus deberes maritales, eran
lastimosas sus intervenciones, torpe, egoísta e ignorante.
Volví sin avisar
a nadie, en Japón son unos capos, los oblicuos, gracias a un japonés que
hablaba español, supe que Ramiro se suicidó. Me hizo sentir pésimo que hubiera
un tercero que tomara esa determinación por mi amor.
Retorné para el
sepelio y los cobros de única heredera. Fui citada por el Escribano, leyó el
testamento, Ramiro dejó toda su fortuna al Secretario, el suicidio fue porque
el Secretario me extrañaba y le dijo que estaba enamorado de mí.
Los japoneses
del Hotel, le contaron mis habilidades culinarias y el Secretario pensó, pelito
para la vieja. Nos casamos y abrimos una cadena de hoteles japoneses,
incluyendo mis servicios, que a mí no me costaban nada, tengo fiebre utérica.
Dentro de dos semanas hago mis votos de castidad y entro en un Convento. Para
mí fue suficiente.

No hay comentarios:
Publicar un comentario