sábado, 23 de noviembre de 2019

CEREMONIA SECRETA



   —La petaca que traés en el bolsillo es alcohol, te veo llegar seria, oscura, te encerrás en el baño y salís diferente, con las bisagras aceitadas.
   No sé para qué le digo, lo va a negar, por eso se surte de chicles de menta después.
   —Soy prudente y en el ensayo…, bueno que digan los otros. Sos tan débil que a mí ni pena me das.-Decía la zorra, Beatriz-.
   Ama hacer las dos cosas, antagonista y protagonista, en esta Obra nos está cagando a todos. Encima me manda su gordo Marido, con zapatos Timberland nuevos y olor a chivo viejo, para que llegue temprano al teatro. Pretende ser generosa y el tiempo que el Gordo tarde en llegar, ella se hecha un polvo con el Director repugnante, no porque le guste, sino para que la contrate en la próxima Obra, que ella misma escribirá.
   —¿Sabés lo que dicen los otros?, que “te pasás de lista”. La típica borracha ninfómana, que por no saber el texto, lo llenamos nosotros, con palabras ocurrentes, donde el público pueda reír, en el medio de un drama. En tu última salida, que fue la de saludar, estabas tan mamada, que vomitaste a toda la primera fila, justo donde estaba tu familia, que asistieron vestidos como gala en el Colón. Y ahora, después de cuarenta años, me entero, por un espacio de Internet, seguro lo pagó tu Viejo, que sos Dramaturga y con honores, premios y viajes. Cuando te entrevistan arrastrás las palabras de tanto que chupaste. En tu vida hubo dos formas para llegar, no sé dónde hay que llegar, pero ése era tu mantra. Chupaste alcohol y de lo otro también. Advertí que tus labios finitos, los inflaste con botox, para llenarte la boca, con cualquiera que se presentara con bragueta abierta y un próximo contrato.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario