El despertador
se encarga de pegarle al sueño reparador y borrar el descanso, uno entra a la
cocina y como lo apagó para dormir cinco minutos más, los chicos se hicieron el
desayuno, solos. Quemaron el café, rompieron el tostador e hicieron un camino de
miel hasta la vereda.
Cuando llegaron,
sin saludar, se dirigieron como sonámbulos a jugar con los videojuegos.
—Facundo,
¿vieron lo que hicieron por la mañana?
Facundo contestó
con fastidio. —Sí, Má, la Señorita nos dejó ecuaciones para resolver. Yo tuve
dificultades, pero ella no me escuchó, estaba tomando mate y comiendo facturas,
con las otras brujas, hablaban tan alto, la Señorita mía ni me escuchó. Por eso
me dijo que mañana tiene que hablar con vos. No te molestes, Mamá, no vayas una
mierda, total, digas lo que digas, o peor, escuchar sus quejas, no servirá para
nada. Papá me explica esta noche.
—Y vos, Ramiro,
¿me podés contar qué pasó en el desayuno?
Mientras seguía
mirando, contestó:
—Te levantaste tarde, yo no alcanzo la cafetera y quemé
tanto el café, que al final no lo tomé. A Facundo se le rompió el tostador. Para
no ir sin desayunar, llevamos el tarro de miel y tomamos una cucharada cada
uno. Se nos pegotearon los cuadernos, los guardapolvos, fuimos al baño, intentamos
lavarnos, pero viste cómo es la miel, te la sacás de un lugar y va a parar a
otro. A ver, Gastón, contale lo que hiciste.
—Yo me cansé de
semejante peso y sin querer, el tarro se puso para abajo y tenía un montón, llegó
hasta los de 4° que se chupaban los dedos, le pasaban la lengua a las laptop y
se limpiaron en la bandera. ¿Qué me decís?
La Madre no
podía creer lo que estaba escuchando y se atacó: —¡¡¡Yo no me voy a divorciar de mi Marido,
me voy a divorciar de ustedes que son mucho peor!!!
—Pero Mamá, la
culpa no fue nuestra, fue del despertador.
Corrió al
dormitorio y lo destrozó con la maza de herramientas. Nosotros nos peleamos por
las agujas que volaban, yo me quedé con la de los minutos, Ramiro con la de las
horas y Gastón alcanzó el segundero, antes que le cayera la maza, sobre los
deditos.

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