miércoles, 27 de noviembre de 2019

LA LIBIDO


   Habiendo tanto desocupado, prefería ir en bicicleta. Los autos largos con Chofer, eran una pretensión de mi Viejo. Para que nos dejara en la puerta de nuestras respectivas  actividades. Mis hermanas, encantadas, bajaron en la puerta de sus Facultades, les hacía tener pretendientes, para tirar para arriba, o para abajo también.
   Usaban la misma estrategia con los Profesores, que les ponían las notas más altas, por nuestros apellidos. Para ellas un orgullo, para mí, vergonzante.
   Un día lluvioso decidí tomar el micro, salí más que temprano, porque sabía que el micro daba vueltas a toda la Ciudad, antes de llegar a mi trabajo. Un chico, que estaba buenísimo, se sentó en el asiento de enfrente, para él se notaba que yo no existía, miraba por su ventanilla. Cuando tuve que bajar, él siguió y me dejó con la intriga.
   Al día siguiente tomé el mismo bondi, pero con minifalda elastizada y remera sin corpiño, desde que me operaron no lo necesito. El pelo, lacio planchita. Estaba tan ansiosa que la libido aceleró y olvidé ponerme los calzones. El tipo me registró, entonces abrí mis piernas, como una adolescente, miró al centro con ganas. No descendí, él tampoco, hicimos el trayecto cuatro veces. Él me hablaba sin hablar, con ojos cachondos. Por fin la Terminal, bajó el Chofer sólo y apagó todas las luces. El tipo apoyó carpetas en su montañosa erección.
   —¿Me mostrás qué dicen esas carpetas?
   Se ruborizó. —Son todos dibujos de gatos, amo los gatos.
   En lugar de mi pedido, metió su mano y me acarició. —Tu gato es lo más, es tan tibio y rizado, que me dan ganas, ¿puedo?
   Es una gata alzada, grita y me aturde. Pobre mina se lo merece, la voy a llevar al asiento del fondo.
   —Tenés un miembro más gordo que tus piernas. ¿Entrará?
   Ésta no sabe que trabajo de eso, se la ensarté hasta el fondo, la quise besar en el mientras tanto, le había llegado a la boca, por primera vez me besé la punta. Ahora me explico por qué Mamá lloraba tanto, se divorciaron. Yo heredé.  
   —Bueno, niña, me parece que esto ya terminó, es mi Profesión, me pagan en dólares, pero en general son viejas. Sos una bebé, para vos fue gratis.

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